San Francisco, uno de los barrios más antiguos de Canarias, de casas pequeñas, encaladas, con cubiertas de tejas a dos aguas, puertas y ventanas de tea, unas verdes y otras moradas, calles empedradas llenas de encanto, de paz, de sencillez y armonía. Este enclave histórico artístico sigue conservando su arquitectura tradicional.